16 de febrero de 2007

Carnaval "Amargo"


"SANTA CRUZ. Lo que mal comienza mal acaba. Y lo que comienza muy mal, acaba aun peor. Si el matrimonio de conveniencia entre el Carnaval de Santa Cruz de Tenerife y Rafael Amargo -unos buscaban renovar la fiesta, el otro llevarse un millón de euros- había empezado con unas declaraciones del granadino que hirieron la fibra íntima del corazón tinerfeño, lo sucedido la noche del miércoles fue un golpe mortal al orgullo isleño.
Tenerife tardará mucho en perdonar lo que se entendió casi como una afrenta a sus tradiciones, en un episodio que no por previsible dejó de sorprender a las 20.000 personas que colmaron el recinto ferial santacrucero, con el hacha afilada a la espera de la víctima.
La Gala de la Reina del Carnaval, la noche más grande, le fue encargada a Rafael Amargo por un ya ausente concejal de Fiestas que quería darle una nueva dirección. El piloto elegido apostó fuerte: todas las galas de los años anteriores le parecían «un tostón» y en la suya no permitiría, por ejemplo, mujeres gordas en escena.
Una de las respuestas con mayor altura de las que recibió fue la de la comparsa Cariocas, que salió a actuar encabezada, precisamente, por unas chicas que fueron la contracara de las que rechazaron en Cibeles: rotundas, bien alimentadas, masticando con una sonrisa leve la venganza contra el bailaor.

El punto más alto del rechazo a la gala que Amargo prometió pero no entregó fue cuando Belén Esteban, de esa curiosa especie, «las famosas por ser famosas», hizo su aparición, dentro de un paralelepípedo y agitando su cuerpo a desgana, mientras sonaba una canción de Madonna. Pitos y abucheos acompañaron el par de minutos en que a duras penas pudo mantenerse frente a un público que gritaba «queremos murgas, queremos comparsas».



La improvisación fue la nota dominante durante prolongados pasajes, en que nada sucedía. O peor, sucedían cosas que poco tenían que ver con el Carnaval local, una celebración popular en la que el límite entre los que actúan y los que miran es casi imperceptible. Rosario Mohedano, Bibiana Fernández, Edith Salazar y Dover ocuparon el lugar antes reservado a los grupos carnavaleros «de toda la vida», en un programa que era una mera acumulación de sinsentidos.
Por eso, la rechifla más sonora ocurrió cuando la murga Diablos Locos se presentó sólo para decir que, «por respeto» a los desplazados -«esto no nos va y no nos sale»-, no cantarían. Atronadora ovación de una multitud vociferante al grito de «¡Amargo, vete ya!».
La indignación siguió la mañana de ayer: Santa Cruz no hablaba de otra cosa que de «la gala de Amargo». El alcalde pidió perdón. A él se le vio entrando a una oficina de CajaCanarias y marchándose en silencio."

Fuente: ABC.es

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Esto es culpa del PSOE, seguro!!!!!

Anónimo dijo...

No te quepa la menor duda Javier.
O del PSOE o de los padres.

Anónimo dijo...

dani