15 de febrero de 2007

La mano que mece la cuna...y al Getafe....


Hechizado por su agente, Nuria Bermúdez
Nuria Bermúdez
«Desde que está con Nuria Bermúdez ha cambiado. Es un chico que no puede estar solo y Nuria le está sabiendo llevar. Desde que se conocieron cambió. Ahora viene afeitado y peinado a los entrenamientos. Antes, a veces, cuando venía llegué a pensar si la noche antes había dormido debajo de un puente».
Las palabras son de Bernd Schuster, técnico del Getafe y «jefe» del delantero jerezano. Y vienen a corroborar que la irrupción de esta controvertida estrella del papel rosa ha supuesto un cambio radical en la vida sentimental y laboral del futbolista -7 goles en la Liga y 2 en la Copa-.
Cuando se hizo pública esta relación con tintes mercantiles nadie apostó por ella un céntimo de euro. Novia y agente a la vez era un combinación demasiado explosiva para dos personas con un perfil muy peculiar. Sin embargo ha sucedido todo lo contrario, Nuria ha tomado las riendas de la carrera deportiva de Dani, el jugador ha templado sus escarceos nocturnos y los resultados son muy buenos.
La noche le confundía
«Estoy más centrado gracias a ella. Me ayuda mucho. Salía por la noche como cualquier joven de mi edad, sólo que al ser futbolista se comenta más. Es verdad que la noche confunde. A mí me confundía. Pero de esas cosas ya me olvidé», señala el delantero.
Bermúdez sacó el título de agente FIFA en la promoción de abril de 2006. Fue una de las dos mujeres que aprobaron el curso -con 29 puntos y el corte se pasaba con 26- y obtuvo mejor nota que, por ejemplo, Santiago Cañizares (28). Su vertiente marcial, hija de coronel y hermana de teniente, le ha servido para meter en vereda al jerezano.
Y no ha sido una tarea fácil. Güiza es un chico noble, pero díscolo (anárquico en su concepto de la vida y separado de su mujer). Abandonó los estudios en quinto de EGB porque fue expulsado y se tuvo que aferrar el balón, amparado en su devoción por el Cristo de la Expiración. Pero no supo establecer una frontera nítida entre el futbolista por pasión y el profesional por obligación.
Ingresado en un hospital
Nunca llegó a casa pronto ni se entregó en los entrenamientos. Prefería trasnochar abducido por un atracón de flamenco a impregnar el peto con el sudor. Sus entrenadores no paran de contar anécdotas sobre su capacidad para sortear las sesiones de vídeo -alguna que otra cabezadita y siempre en la última fila- o vaguear.
No se lo permitía su carácter. Y esa dualidad ángel-demonio le costó más de un disgusto. Al principio de esta temporada tuvo que ser ingresado de urgencia en un hospital con unos dudosos dolores estomacales impropios de un deportista.
Le costó salir. Y si escapó por la única gatera fue gracias al empeño del Getafe y de Ángel Torres. Como era un auténtico desastre en las comidas, el club se puso de acuerdo un restaurante de la ciudad para que cuidase su dieta. No le hizo mucha falta porque por entonces su relación con Nuria ya era una realidad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que mujer mas centrada!!!!